Existen pocas cosas que pueden sanar más que un abrazo. Es debido a este gesto que se puede sanar, calmar toda preocupación y apaga cada miedo encontrado el cual nos hace vulnerables.
El cerebro, por peculiar que es, está programado para poderse conectar con las personas, con el fin de crear lazos el cual logren garantizar el poder sobrevivir, validarse como seres capaces, seguro y dignos de poder dar y recibir la felicidad.
En el momento que toda caricia emocional no sale del contexto cotidiano, en el momento que nadie los mira, los abraza o les dice algunas palabras como “estoy aquí, contigo, te tomo en cuenta y te quiero” algo en las personas suele apagarse poco a poco.
Es así como la neurociencia enseña que u niño no podrá desarrollarse de manera óptima si no es alimentado con el afecto, si no se le consuelan cada lagrima, si no se siente querido y cuidado.
Con el pasar del tiempo mientras se va creciendo, empiezan a vestirse con una armadura el cual los convence a ustedes de que son fuertes e invulnerables, de que se puede con cualquier adversidad y casi ninguna os afecta.
No obstante, cada emoción continúa teniendo sus propias necesidades, las mismas que la de un niño, debido a que se requiere sentir la sensación de “queridos” por cada persona que para vosotros son importantes y estar seguros de que no serán abandonados.
Cada abrazo no solucionara un gran problema del mundo, pero se trata de una respuesta concreta en los momentos más necesitados.
La carencia de Abrazos desconcierta el Alma
En el momento que se pasa un mal día, en el momento que son decepcionados, cuando sienten miedo, inseguridad o sencillamente están con una gripe o algún padecimiento, es usual que deseen tumbarse en el sofá y acurrucarse un buen rato.
Cada vez más, empiezan a ponerse en una posición fetal y cruzan los brazos teniendo ese pensar casi natural, por desear sentir contacto físico, así se trate del nuestro.
Requieren ser envueltos, arropados y cuidados con amor y, en varias ocasiones, pocas cosas no son tan buenas como el recibir un buen abrazo de la persona que más quieren, ya sea de la pareja, de nuestra madre o algún amigo cercano.
Esa necesidad física de sentir seguridad y apoyo por medio del tacto jamás se marcha.
Cada acto que llevan a un efecto tranquilizante el cual, varias veces, lograría llegar a incrementar toda curación de varios padecimientos.
El sentirse apoyado y amado fortifica el sistema inmunitario. Se trata de un apoyo emocional sincero y altruista que hace mucho más que una sencilla vitamina.
En realidad, muchas veces, inclusive hasta la mano de un médico encima del hombro les daría aliento y los reconfortaría.
El no tener de esas sencillas consideraciones, hacen un gran vacío en el alma, hace que haga falta algo importante en la vida, el cerebro se ve afectado emocionalmente.
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