Las relaciones personales en las que hay una conexión afectiva son siempre tan estimulantes como, en muchos casos, complejas a la hora de gestionarlas. Esto se nota sobre todo en las relaciones familiares, las de pareja, y en el trato con los mejores amigos; lo que ocurra en ellas tiene un gran impacto sobre nuestras vidas, tanto para bien como para mal.
En este sentido, una de las características de estas relaciones que las vuelve más complicadas es que el límite entre uno mismo y la otra persona puede quedar muy desdibujado. ¿Cómo saber, por ejemplo, cuando nos comportamos de una manera pensando en los intereses de esa persona, y cuándo lo hacemos por nuestros propios intereses?
Es esta dinámica del “ir más allá de uno mismo” la que hace que algunas de estas relaciones generen dinámicas de dependencia emocional, lo cual resulta problemático y da lugar a varias formas de malestar. Por eso, en este artículo hablaremos sobre las principales características de la dependencia emocional en las relaciones de amistad.
Señales que indican la existencia de apego patológico
Una relación de amistad puede realizar un viraje hacia la dependencia emocional sin que ninguna de las dos personas involucradas es consciente de ello. Por eso, es importante detenerse a pensar en hasta qué punto los hábitos en común, las maneras de tomar decisiones y el modo en el que los conflictos entre ambos son gestionados resultan beneficiosos para ambos.
Aquí encontrarás un breve listado de señales de alerta que ayudan a reconocer la dependencia emocional en los vínculos de amistad. Ten en cuenta que no tienen por qué cumplirse todas para estar ante un caso de relación problemática con un amigo o una amiga.
1. Una de las personas renuncia a tomar elecciones que afectan a ambos
Una de las dinámicas problemáticas de las amistades en las que hay dependencia emocional es que la persona en un rol de sumisión da por sentado que no decidirá nada relevante en esa relación. Es una idea que queda interiorizada de manera espontánea e inconsciente o semi-inconsciente, sin necesidad de que quede expresado.
2. Una de las dos personas tiene miedo a la simple idea del conflicto con la otra
La evitación del conflicto es una de las características distintivas de quienes han desarrollado dependencia emocional. Se trata por todos los medios de no contrariar o hacer enfadar a la otra persona, lo cual significa ceder siempre y no hacer uso de una correcta asertividad diciendo aquello que es importante y que debe ser dicho.
3. La búsqueda de validación ocupa buena parte del tiempo libre
La persona emocionalmente dependiente sacrifica buena parte de su tiempo libre por hacer que su amigo o amiga esté bien en esa relación. A veces, incluso si esa persona no está presente, dedica demasiado tiempo a hacer preparativos “por si acaso”.
4. La idea de que la otra persona rompa la amistad unilateralmente aterra a uno de los amigos
La dependencia emocional se plasma también en situaciones en las que surge la ansiedad anticipatoria ante la idea de que la otra persona decida romper con esa amistad por cualquier contrariedad. En cambio, en las amistades sanas, el hecho de que ambas partes se hagan respetar actúa como mecanismo que aporta estabilidad a la relación.
5. Los insultos o las agresiones de otro tipo quedan normalizadas
En algunas amistades, los insultos son usados en el contexto de las bromas y el juego entre quienes un sentido del humor similar. Sin embargo, en las relaciones de amistad en las que hay dependencia emocional, una de las partes puede utilizar verdaderos insultos (por su contenido y por el contexto) y la otra lo ve como algo normal, esperable.
6. Queda normalizado que esa amistad genere conflictos con la propia familia
Por todos los elementos de relación problemáticos que hemos visto y que aparecen en las amistades con dependencia emocional, es recuente que loa padres, madres y hermanos de la parte que más sufre se involucren para intentar que las cosas cambien, ya sea terminando con esa amistad o haciendo que cambie radicalmente.
En estas situaciones, la persona dependiente asume “por defecto” que su familia no tiene razón, al no estar “dentro” de esa relación y no entenderla, de modo que se posiciona del lado de su amigo o amiga de manera sistemática.
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Georgios Meroussis
Psicólogo - Coach
Consultorio GMA Salud Emocional
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