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Foto del escritorGeorgios Meroussis

Factores que afectan al comportamiento de los estudiantes

Gracias a investigaciones desarrolladas por psicólogos con Maestría Psicología de la Educación, hoy en día podemos explicar algunos de los factores que llevan a los alumnos a tener un mal comportamiento. De esta manera, los profesores y los directores pueden tomar medidas para mejorar la conducta de los estudiantes y minimizar las interrupciones del aprendizaje.

Desafortunadamente, nunca tendremos un comportamiento ejemplar por parte del alumnado. Los estudiantes, al igual que cometen errores al aprender ortografía, aritmética o análisis literario, también lo harán al asimilar las normas de conducta.

3 factores que afectan al comportamiento de los alumnos

Entre los factores que influyen en la conducta de los estudiantes se encuentran: factores individuales de los alumnos (por ejemplo, salud mental, aspiraciones o logros anteriores), factores ambientales inmediatos (por ejemplo, la familia, los compañeros o la escuela) y factores ambientales indirectos (por ejemplo, políticas gubernamentales y medios de comunicación social).

Por supuesto, no se trata de categorías perfectamente ordenadas, y muchos factores están inextricablemente relacionados. Las conexiones entre los medios sociales, los compañeros y la salud mental son un ejemplo obvio de estas conexiones.

Los profesores y líderes escolares suelen tener poca influencia directa sobre muchos de los factores ambientales indirectos que afectan al comportamiento de los estudiantes. No obstante, esto no quiere decir que no se deban reconocer, pero intentar cambiarlos puede no ser un uso productivo de nuestra energía.

¿Cómo podemos influir positivamente en la cultura estudiantil?

Un ámbito en el que sí podemos influir es el del entorno escolar o universitario. Esto incluye tanto los factores individuales (como la motivación) como algunos factores ambientales (como las rutinas del aula). Esto puede hacerse, en particular, estableciendo y manteniendo una cultura positiva para el aprendizaje mediante la creación de valores y normas compartidas.

Hay tres factores en los que los profesores y los directores de los centros pueden centrarse y que pueden influir positivamente en la cultura escolar y, con suerte, en el comportamiento de los alumnos. Se trata de la motivación, el "espíritu de grupo" y las normas sociales.

¿Qué motiva a los estudiantes?

Entender lo que motiva a los alumnos puede ayudarnos a comprender lo que intentan conseguir, permitiéndonos entender por qué se comportan de la manera que lo hacen y lo que podríamos hacer para incentivarlos hacia esas conductas que son necesarias y conducen al aprendizaje.

El "espíritu de grupo" nos permite comprender el modo en que los seres humanos forman instintivamente comunidades: las clases, los pasillos y los patios de recreo son espacios predominantemente sociales, más que espacios ocupados únicamente por un alumno a la vez (aunque la experiencia y la interpretación del entorno sean individuales).

La presencia de otras personas influye en el comportamiento de un individuo; nuestras acciones están influidas no sólo por las otras personas que nos rodean, sino por nuestra relación con ellas. Esta influencia de los demás nos lleva a hablar de las normas sociales, es decir, de las reglas (a menudo implícitas) que afectan nuestra conducta en situaciones sociales.

Reconocer y responder a estos factores es esencial para un centro escolar o un profesor cuando se trata de mejorar o establecer las normas de comportamiento de los alumnos. Un nuevo conjunto de normas que no refleje las normas sociales existentes, o que se base en una motivación dispar de los alumnos, se enfrentará a mayores desafíos.

Como ejemplo, consideremos un centro de secundaria en el que los alumnos suelen socializar en los pasillos entre clases. Si un centro educativo quisiera minimizar este comportamiento de los alumnos por el motivo que sea (quizás el retraso en clase se está convirtiendo en un problema endémico), hay una serie de políticas o prácticas a tener en cuenta. Una norma sobre pasillos silenciosos podría resolver el problema, pero va en contra de la norma social existente. ¿Será la norma lo suficientemente fuerte como para superar el factor conflictivo?

Otra posibilidad es que la escuela o los profesores establezcan sanciones más severas por llegar tarde. Sin embargo, esto puede entrar en tensión con la motivación de los estudiantes para socializar. Por supuesto, esto no quiere decir que estas nuevas políticas vayan a fracasar o que no deban considerarse, pero es importante reconocer el reto inherente añadido.

Conclusión

En la educación, la conducta puede tener diversos efectos en el rendimiento de los estudiantes, por ello es indispensable que tanto educadores como padres de familia brinden motivación y apoyo a los estudiantes, ya que estos dos factores influyen directamente en las preferencias y los resultados de los alumnos. Por ejemplo, la motivación puede ayudarnos a dirigir nuestra atención hacia las tareas que hay que hacer, permitirnos hacer estas tareas en periodos de tiempo más cortos, así como mantener la atención durante más tiempo, minimizar las distracciones y resistirlas mejor.

Recordar que la motivación es el motor de toda acción. Sin ella, realizar algo tan frecuente como los deberes puede ser complicado o directamente inalcanzable. Por lo tanto, los padres y los profesores que estén dispuestos a ayudar a sus hijos a rendir más en la escuela deben conocer los factores que afectan la conducta de los alumnos en el aula.

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